Hoy me inquieta la canonización de los papas Juan XXIII y
Juan Pablo II. Será el próximo 27 de abril cuando los pontífices serán
proclamados santos, tal y como ha anunciado esta mañana la Santa Sede.
La santificación del “papa bueno” y el “papa de los
jóvenes” llega en un aniversario muy importante para la Iglesia, el 50
aniversario del Concilio Vaticano II, convocado por el papa Juan XXIII.
En la parte final de post os dejo toda la información,
pero hoy no puedo dejar de escribir cómo me siento ya que, personalmente, esta
noticia “me toca de cerca”.
“He crecido escuchando a mi abuela hablar con una gran sonrisa
del papa Juan XXIII. Siempre ha sido fiel devota de su filosofía de vida, su
visión de la Iglesia y su forma de vivir la fe, incluso llegó a escribir una
carta a la Santa Sede pidiendo que reconocieran su Santidad y hoy, finalmente,
su sueño se hace realidad. Tiene 86 años y, si Dios quiere y se lo permite,
estará allí ese día para rezar por él y por su Iglesia”.
“En cuanto a Juan Pablo II, no puedo evitar sentirme
feliz porque ha sido el papa con el que he crecido, el papa que se rodeó
siempre de los jóvenes, que los valoró y los puso en el lugar que merecen como
futuro de la Iglesia que son”.
Algunos hablan de que Juan Pablo II eclipsará ese día a
Juan XXIII, pero no tiene por qué ser así. Fueron dos personas entregadas,
luchadoras, cada uno con su pensamiento y su vivencia de fe, aunque con una
causa común, guiar a la Iglesia y acompañar a sus fieles, abriéndola a la
sociedad y devolviendo la esperanza.
¿Cómo
se desarrolla el proceso de la canonización?
La primera parada en el camino suele ser el nombramiento
como “Venerable Siervo de Dios”, un título que se otorga después de la muerte a
aquella persona que se le reconozca haber vivido "las virtudes de manera
heroica". Después, es necesario que sea reconocido un milagro para poder
ser proclamado beato y después otro para la canonización, pero el papa puede
saltar cualquiera de estos casos si lo considera necesario.
El caso
de Juan XXIII
El anuncio de su canonización ha sorprendido a algunos
debido a que el papa Francisco ha decidido proclamarlo santo sin esperar ese
milagro. Y es que, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha señalado
que el papa “no tiene dudas” pues “conocemos todos las virtudes y la
personalidad del papa Roncalli, así que no es necesario explicar los motivos de
su santidad”. Eso sí, Lombardi ha precisado que esto no significa que ahora
todos los beatos vayan a ser canonizados sin un segundo milagro constatado.
El
caso de Juan Pablo II (1920-2005)
Pese a que el anuncio de su canonización ha sido tras un
proceso rápido, es cierto que ha seguido todos los pasos necesarios marcados
por la Iglesia. Su primer milagro elegido fue el de la monja francesa y
enfermera Marie Simon Pierre, de 51 años. Según la comisión médica, la
religiosa se curó de manera inexplicable de la enfermedad de Parkinson. Los
hechos se remontaban a 2005, dos meses después de la muerte del papa polaco. A
la monja se le había diagnosticado Parkinson en 1988 y apenas podía escribir ni
caminar. El 2 de junio de 2005, la monja pidió a su superiora que le relevara
de sus funciones en el hospital dónde prestaba sus servicios, pero esta la
convenció para que rezara y pidiera a Juan Pablo II que le curara de su
enfermedad. Según la versión de la monja, a la mañana siguiente la enfermedad
había desaparecido.
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