A nadie le inquieta la buena suerte

Hoy me inquietan las cosas o situaciones que nos salen mal: esa enfermedad, esa pérdida del puesto de trabajo, ese accidente... todas esas situaciones en las que nos sentimos desfallecer y en las que acusamos a Dios de una injusticia que no llegamos a comprender.

Nunca he visto a nadie que después de que le toque la lotería vaya a celebrarlo a la puerta de la Iglesia. También es extraño encontrar personas que den gracias a Dios por conseguir un puesto de trabajo, por un hijo sano, por aprobar un examen o simplemente por poder levantarse cada mañana.

Sólo cuando el camino se hace cuesta arriba nos preguntamos "Pero, con lo bueno que era ¿Por qué Dios, lo castiga de esa manera?" 

Si no somos capaces de darle las GRACIAS en los buenos momentos, cómo vamos a ser capaces de entender los malos.

 

"porque Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos"

Mt 5, 45b